La marca dejada por aquella amargura,
hace añicos el reflejo constante de mi cansancio.
Y el consuelo por cada momento de cordura,
transita desde la vereda opuesta de los latidos
La esperanza que queda de esa ceniza
Le imprime energía a mi ánimo decaído
Las letras liberan aquel peso culpable
Desencadenando el sentido de mil sentidos
Al final, cuando la noche se duerme,
y las almas del viento reposan,
siento la calma del entendimiento.
Solo si los padres no olvidaran sus años vivos.
Y el consuelo por cada momento de cordura,
transita desde la vereda opuesta de los latidos
La esperanza que queda de esa ceniza
Le imprime energía a mi ánimo decaído
Las letras liberan aquel peso culpable
Desencadenando el sentido de mil sentidos
Al final, cuando la noche se duerme,
y las almas del viento reposan,
siento la calma del entendimiento.
Solo si los padres no olvidaran sus años vivos.