Las alas del deseo
desatan sueños entramados,
hablan de nuestra historia contaminada,
de perversiones y visiones,
en distintas escalas y direcciones.
Situado en la profundidad de la vida,
el angel caido se detiene ante el tiempo.
Se pregunta por qué sentir ante lo que parece un suspiro,
qué razón tiene el morir sin cadenas.
En ese transcurso aprende a llorar.
Cuando el niño era niño,
no sabía ni de hambre ni de guerras.
El significado de la nada no le preocupaba.
Lloraba cuando tenia que hacerlo sin importar cuantas miradas.
Ahora siendo adulto sueña con el buen cine.
Cuando el hombre era angel,
observaba atento al designio de su espera.
Mientras el cuentista del mundo no entendía
entre tanta niebla que opacaba
el porqué los hermanos no escuchaban.
Cuando aquel hombre volvió a ser niño
gritó a los vientos y a los arboles.
Otra vez soñó con lo mismo,
cuando no habia noche mas pacifica
ni más sangre derramada en las ciudades quedaba.